La Hacienda de Xenís se sitúa geográficamente en la parte occidental del Aljarafe, donde la comarca se funde con el Condado de Huelva y con el Campo de Tejada. Está situada en la ladera que desciende desde el llamado inmemorialmente “Camino del Puerto” que unía las poblaciones del Condado onubense y del Aljarafe sevillano con el Puerto de Sevilla, hasta el arroyo Alcarrayón.
Formando parte de la finca, se encuentra el Caserío de Xenís, de alto valor arquitectónico, reconstruido hacia el año 1.858 sobre los restos de la antigua villa de Xenís, manteniendo la esencia de sus orígenes.
La fachada principal se abre al lado norte. En su eje central se encuentra el portón de entrada que da acceso al patio principal ajardinado. A la izquierda están las caballerizas y el salón principal. El ala derecha abarca parte de la casa antigua, dependencias auxiliares, capilla, cementerio y guadarnés. Al fondo se encuentra el antiguo molino aceitero, destacando la torre contrapeso conocida como “La Torre de la Cigüeña” por su original veleta en la que figura la fecha de 1.858
La capilla tiene forma de cruz, disponiendo de sacristía y panteón familiar. Está presidida desde su fundación por una bella imagen sedente de Nuestra Señora de la Zarza del siglo XVI.
Los orígenes de la Villa de Xenís son inciertos por no existir documentación escrita, sin embargo, y según la tradición, se supone que este lugar fue elegido por un noble árabe procedente de Granada para su descanso y asueto, en estos lugares que pudieran recordarle los parajes del Genil granadino, de ahí el primitivo origen de su nombre.
Tras la conquista y posterior reparto de estas tierras comenzada por el rey Fernando III y proseguida por su hijo, el rey Alfonso X el Sabio, fue asignada a la protección de la Orden de los Caballeros de Calatrava.
La Hacienda de Xenís, denominada en tiempos antiguos como Señorío de Xenís, se ha mantenido, con acreditada permanencia en el patrimonio de la misma familia, desde el siglo XIV hasta nuestros días, abarcando un periodo de más de 650 años, a título de señorío jurisdiccional en sus principios, ó como señorío territorial posteriormente.
A través de sucesivas herencias familiares, su propiedad ha estado vinculada a los antecesores de los actuales propietarios, entre los que se pueden destacar a los Marqueses de las Torres de la Pressa, a los Marqueses de Villafuerte de Alcántara, y a los Condes de Casa Galindo.